Este primer contacto con la fotografía urbana durante nuestro recorrido por las calles de Granada fue una experiencia enriquecedora que rompió los límites del aula y nos conectó con nuestro entorno. Capturar la esencia de la ciudad y de las personas que la habitan se convirtió en una exploración donde cada rincón, cada gesto y cada monumento se transformaron en una oportunidad artística.

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La fotografía urbana nos desafió a observar la ciudad desde una perspectiva diferente, a descubrir la belleza en lo cotidiano y a apreciar la interacción entre la arquitectura, la cultura y la vida diaria. Al enfrentarnos a la tarea de capturar la esencia de Granada en imágenes, nos sumergimos en un proceso creativo que no solo nos permitió documentar visualmente nuestro entorno, sino también contar historias a través de cada fotografía.

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La fotografía urbana nos impulsó a ser observadores agudos, a estar atentos a la interacción de la luz y la sombra, a jugar con las líneas y las perspectivas para crear composiciones visuales impactantes. Nos desafió a ser parte activa de nuestro entorno, a integrarnos en la vida de la ciudad para poder reflejarla a través de nuestras imágenes.

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Por lo tanto, esta experiencia no solo fortaleció nuestras habilidades técnicas en fotografía, sino que también nos brindó la oportunidad de explorar nuestra propia voz artística y expresión personal. Cada fotografía se convirtió en un medio para comunicar nuestras percepciones únicas y nuestra percepción del entorno urbano.